Comienzo la reseña del concierto que ayer (viernes 1 de Junio) tuve la fortuna de ver en la sala Heineken de Madrid intentando convencerme a mi mismo de que es posible explicar lo inexplicable, que la cantidad de sensaciones, sentimientos y emociones que alguien que ame real y sinceramente la música (por fortuna estos sentimientos aún no se pueden comprimir en mp3 o reducir a uno determinados bytes por segundo) se pueden transcribir a un papel, físico o virtual, y a través de ellos poderlos hacer llegar a un interlocutor incierto. Yo estoy convencido de que no se puede hacer, aunque como he dicho hace un momento intente engañarme a mi mismo y por tanto a ti que estas leyendo esto.
Cuando uno admira profundamente a alguien dentro del mundo de la música, cada vez que el cd comienza a sonar en el reproductor se produce un encuentro de mágica espiritualidad que te hace apropiarte de palabras, notas y melodías e identificarte con ellas, a mi siempre me pasa con Jeff Scott Soto con cuya música, da igual en cual de los mil proyectos en los que este embarcado, me llega al alma, suponiendo que esta exista, y de todas las reencarnaciones musicales de este mago de la voz sin ningún lugar a dudas, es Talisman por la que siento mayor predilección.
Todo esto, transmitido a las veces que he tenido la ocasión de verle en directo (Talisman, en solitario, Journey…) se multiplica por mil, su voz, su carisma y su fuerza en un escenario consiguen que salga de la sala siempre convencido de haber visto a uno de los últimos en una estirpe, la de los grandes vocalistas de rock, que tras los imprescindibles Robert Plant, Ronnie James Dio, Glenn Hughes, David Coverdale, Phill Mogg, Paul Rodgers o Ian Asbury por poner unos pocos ejemplos, solo cuentan con un pequeño grupo de elegidos en estos tiempos (los Jorn Lande, Chris Cornell, Sebastian Bach y apenas unos cuantos nombres más).
Probablemente sea la magia que surge de combinar sus armonías vocales con las composiciones, sencillas en estructura y efectivas en lo musical, de Marcel Jacob, sin ningún lugar a dudas el bajista más espectacular dentro del mundo del rock, lo que les hace únicos como banda y quizás sea también el haber comprendido que sus canciones solo tenían repercusión en un determinado tipo de público lo que haya producido que durante estos 18 años de existencia se hayan mantenido completamente fieles a si mismos y a su estilo y probablemente también que llegados a este punto hayan decidido poner final a su existencia.
Así que para decirles hasta la vista nos reunimos en la Heineken unos cuantos cientos de fieles y tuvimos la oportunidad de disfrutar de uno de los conciertos más memorables en lo emocional que he visto en mi vida. Y eso que durante toda la semana tuve muchas dudas al respecto ya que el no venir con su guitarra oficial Freddie Åkesson, muy ocupado actualmente con su otra banda Arch Enemy, para enfado monumental del mismo Soto que manifestó en prensa que “no había sido muy profesional”, y la presencia de un semidesconocido para mi Brian Young, de la banda de David Lee Roth y que metió algún punteo en Human Clay otro de los mil proyectos de Soto y Jacob, sustituyéndole en las seis cuerdas me hizo pensar en un set list de urgencia, con poca compenetración y falto de magia.
Afortunadamente me equivoqué de pleno, Talisman condensó en una hora y media toda su trayectoria, aportando retazos de todos sus discos, ofreciendo versiones diferentes de sus temas y mostrando la máxima efectividad en cuanto a comunión con una audiencia que se mostró entregada desde el primer acorde.
Su set list, por lo que he tenido oportunidad de comprobar, esta siendo el mismo en toda la gira, probablemente propiciado por la celeridad en contratar a Young, pero nadie que viera el concierto podría decir que la banda se mostrara repetitiva, desde los primeros acordes de Falling, que también abre el último trabajo de estudio de los suecos el sonido encajó a la perfección, es cierto que quizás Brian Young en estos primeros temas se mostrase más tímido en la ejecución pero fue algo pasajero en lo que calentaba sus dedos, tampoco era excesivamente importante, ya que la presencia de Soto eclipsa completamente a cualquier otro, vestido de riguroso negro y con el pelo algo más corto que en su reciente visita con Journey, se mostró completamente feliz desde la primera canción, como siempre cantó de manera IMPRESIONANTE, aunque a mitad de concierto tuvo que pedir a su asistente que le trajera un spray con el que se roció la garganta.
Otro que tenía una cara de felicidad de oreja a oreja era Jamie Borger, su batería que aplaudía entre tema y tema y se levantaba de su kitt constantemente para animar a una audiencia que en las primeras fases del concierto se encontraba boquiabierta y expectante ante el show. Y es que tras dos temazos como Colour my XTC y Mysterious, clásicos de su repertorio y que interpretaron con su maestría habitual comenzó lo que fue una fase absoluto éxtasis, cuando en vista de que era un concierto de despedida, ajustaron su limitado tiempo en hacer una serie de medleys de canciones en las que unas veces enlazando los temas y en otras intercalando en el interior de una canción retazos de varias otras, mantenían al público en una montaña rusa de sensaciones en las que como si una película de HITHCOCK se tratase siempre estabas esperando cual era el siguiente giro inesperado, y mientras, como digo, la gente callada, escuchando y rompiendo en gritos y palmas entre tema y tema.
De esta manera enlazaron Coming Home (mini solo de batería incluido), otra vez del disco Genesis que fue el que más protagonismo adquirió en su concierto demostrando que por algo es el favorito de casi todos sus seguidores y del que tocaron hasta cinco canciones, con U4IA un tema de Human Clay que fue otra más de las muchas sorpresas de la velada.
A Life la mezclaron con D.O.A.P.S., con Soto por primera vez al piano (SORPRENDENTE!) y un largo solo de guitarra de final de tema, y fue de traca cuando Soto nos anunciaba que iban a ejecutar un medley que incluía algún tema que nunca había interpretado en directo.
Lo que ocurrió desde ese momento fueron casi quince minutos de éxtasis donde se enlazaron, si mi memoria no falla, hasta cinco canciones de cinco albums diferentes, entre ellas la increíble Tears in the Sky, y que coronó Jacob, con su cabeza rapada y un look que recordaba enormemente al que Joe Satriani presenta en sus últimos tiempos, en un solo que incluyó todas las técnicas que un guitarrista de esos “efectistas” emplearía pero trasladado a las cuatro cuerdas de su Fender, picados por el mastil, tappin a dos manos, ligados imposibles… desde ahí otra vez al Genesis, con un All or Nothing que incluyó en su parte central el también rapidísimo Outta my Way que tocaron casi íntegramente y a continuación uno de los momentos más mágicos de la velada, cuando Jeff Scott Soto se sentó al piano en solitario y tras presentar a toda la banda y darles las gracias por todos estos años haciendo de Talisman la banda que han sido, interpretó una serie de baladas de su trayectoria con un feeling que ponía literalmente los pelos de punta, que derroche de voz y de sensibilidad!, realmente y a riesgo de parecer moñas, estuvo a punto de emocionarme, Soto domina el arte de modular su voz y darla unos grados de expresividad fuera del alcance del 99% de los vocalistas y el solo de guitarra final con el que Young coronó Sorry superó con creces el original.
Desde ese punto del show ya nada fue igual, Frozen, la versión del tema de Madonna que ellos ya incluyeron en el Truth fue una sorpresa por su inclusión en el concierto, y como ya hicieron cuando la grabaron la llevaron a un plano musical mucho más elevado que su original, conservan la melodía vocal pero la dotan de mucha más fuerza instrumental, sonando más mística y menos prefabricada.
Su gran himno I'll be Waiting, de su disco de debut, era esperado por todos, pero lo que no podíamos imaginar es que un tema tan enérgico lo empezaran como una balada a guitarra y voz, que dejó sorprendidos a todos, para al llegar al estribillo entrar todos los músicos con su conocido ritmo y cuando todo el mundo corea a voz en grito su estribillo, romper la canción y tras jugar con el público, interpretar el Living on a Prayer de Bon Jovi como si de un juego de improvisación se tratara, obviamente no es así pero yo me lo tragué, y de nuevo reanudar su canción y terminarle en una comunión perfecta con los asistentes que juguetearon a tres voces con Soto y la guitarra de Young.
Forevermore un tema del que ya habían interpretado un retazo en uno de los medleys, daba por finalizado su concierto junto a Back to the Feeling, de la misma manera en la que acaba la que es su última obra en estudio. Nadie se mueve de la sala todos esperamos la golosina final consciente de que, si el tiempo no lo impide, será la última vez que veamos a Talisman en un escenario.
La banda vuelve sonriente, han estado así de felices toda la noche, y Soto le hace saludar a Jacob al público con una frase en español que le acaba de enseñar en el backstage, la carcajada es general cuando el bajista enuncia “yo quiero chingar un perro” ante la cara de perplejo de Jacob cuando toda la audiencia se descojona de él.
Standing on Fire, de su disco de debut, y la versión de Crazy de Seal que llevan años haciendo en directo ponen el telón final a un concierto que muchos de los presentes no olvidarán jamás, pensé que no podrían superar el haberles visto con dos guitarras en el escenario, algo que hicieron en su anterior tour y que jamás habían realizado, pero yo creo que el concierto estuvo al mismo nivel.
Talisman ponen punto a final a su existencia abanderando a muchas bandas dentro del Rock Melódico, en un proyecto de infinita calidad musical que les ha llevado a ser el grupo de referencia del género, probablemente muchos no les hayan prestado la atención necesaria y cuando descubran lo perdido no podrán perdonárselo, hay quedan sus discos como herencia esperemos que no los desaprovechen.
A partir de ahora Jamie Borger volverá con Treat, Jacob con Last Autumn Dream o alguno de sus mil proyectos y Jeff Scott Soto a abanderar a la banda de AOR más grande de la historia en USA, los increíbles Journey que representan para él el paso definitivo en su carrera, aunque eso ya será otra historia, a mi lo de esa noche, ya nadie me lo quita.
Fotos y texto original
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Tue Jun 26, 2007 8:04 pm